Quien me iba a decir a mí, que mi niño es también un apasionado de la pesca con señuelos.
Ayer lo llevamos Mario, mi compadre Manolo y un servidor a nuestro enclave para practicar nuestra pasión: La pesca del Black Bass. Al principio no dijo nada, pero poco después me pidió que le lanzara la caña para él mover el señuelo. No había pasado ni un minuto, cuando ya había sacado un black bass para el deleite de los allí presentes.
No podíamos contener la risa al ver a semejante "personaje", sacando "demonios verdes" como si lo hubiera hecho toda la vida.
Poco después sacó otro ejemplar, que para más inri fue la pieza mayor de la tarde.
Ojalá le siga gustando, para tener a mi propio compañero de pesca en casa.
Te quiero mucho mi vida, estoy orgulloso de tí.
¿A quién se parece?
Danielito con la pieza mayor de la jornada